En el mundo de las redes sociales, es común encontrarse con contenido que se comparte sin una verificación mínima. Es como la vieja canción popularizada por la orquesta de Xavier Cugat que dice «me lo dijo Pérez, me lo dijo Pérez, me lo dijo…». Aunque esta canción pueda resultar divertida, es preocupante que este comportamiento se extienda al ámbito de la publicidad, donde las marcas y los profesionales deben ser responsables de la veracidad de la información que transmiten.

Cuando se menciona algo en publicidad, ya sea un nombre, un dato, un hecho, un beneficio o una cualidad de un producto o servicio, es fundamental verificarlo adecuadamente. No se puede simplemente confiar en lo que otra persona dijo o en lo que circula en internet. La reputación de la marca y la confianza de los consumidores están en juego.

En estos tiempos, donde la información está al alcance de todos, es más fácil que nunca comprobar la veracidad de los datos antes de compartirlos. Con solo ingresar unas palabras clave en un buscador, podemos obtener una amplia gama de resultados que nos ayuden a confirmar o refutar la información que recibimos. Además, existen numerosas herramientas y plataformas fact-checking que se dedican precisamente a verificar la veracidad de los contenidos.

Es importante recordar que cuando se trata de publicidad, no solo está en juego la reputación de la marca, sino también la confianza de los consumidores. Si un anuncio contiene información falsa o engañosa, la marca corre el riesgo de perder la credibilidad y de dañar su imagen. Incluso puede enfrentar consecuencias legales si se considera que está engañando a los consumidores de manera intencional.

Como profesionales de la publicidad, es nuestra responsabilidad asegurarnos de que la información que transmitimos sea precisa y veraz. Esto implica investigar, contrastar fuentes y obtener pruebas que respalden los mensajes que queremos comunicar. No podemos quedarnos con un simple «me lo dijo el cliente» sin haber verificado esos datos por nosotros mismos.

En muchos casos, el chequeo de la veracidad de la información puede ayudarnos a descubrir nuevos datos y a profundizar nuestro conocimiento en determinado tema. Investigar y aprender sobre el producto o servicio que estamos promocionando nos permite brindar un mensaje más sólido y convincente.

No debemos olvidar que la publicidad tiene un impacto directo en la vida de las personas. Muchas decisiones de compra se basan en la información que reciben a través de los anuncios y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que esa información sea precisa y confiable.

En resumen, verificar la veracidad de la información que transmitimos en publicidad es fundamental para mantener la reputación de la marca, la confianza de los consumidores y para evitar cualquier consecuencia legal indeseada. No podemos simplemente confiar en lo que nos dicen, sino que debemos investigar y comprobar los datos por nosotros mismos. La tecnología nos brinda herramientas que facilitan este proceso, por lo que debemos aprovecharlas y hacer las cosas bien en publicidad.

Como profesionales de la publicidad, tenemos la responsabilidad de educar y concientizar sobre la importancia de la veracidad en la información que se transmite. Esto implica actuar con ética, investigar y verificar los datos antes de compartirlos. No podemos permitir que el «me lo dijo Pérez» se convierta en nuestra única fuente de información. Al hacerlo, estaremos contribuyendo a la construcción de un entorno publicitario más confiable y transparente.

Enlaces relevantes:
– Herramientas para verificar la veracidad de la información: [link 1], [link 2], [link 3] – Consecuencias legales por publicidad engañosa: [link 4] – Cómo investigar y verificar la información en publicidad: [link 5]

Recuerda, la veracidad en la publicidad es responsabilidad de todos los profesionales de la industria. No dejemos que la desinformación y la falta de verificación afecten nuestra reputación y la confianza de los consumidores.